miércoles, 18 de abril de 2007

Un silencio a dos voces

Me senté y miré la pantalla. Bajé poco a poco aquella barra ingrata que solo se encarga de entregarme decepciones y lo leí. Leí eso que nunca es sobre mí, y nunca retrata lo que pienso o pensé. Me siento de nuevo, no recuerdo haberme levantado, subo la mirada y bajo esa desquiciada barra que me hace más importante de lo que soy, omnipotente. No, no aparezco allí y no es una coincidencia sino el mero capricho de una mente que además de tonta parece ser olvidadiza. Me paro, cocina, té y camino de nuevo a la desgracia más subliminal posmoderna y absurda en la lectura de algo que no debería saberse. Maldigo Internet, yo no debería estar mirando esto, no debería entender lo que estoy entendiendo. Me acuesto, no recuerdo haberme levantado, y me tiro con mi té en una mano a pensar cosas, quizás la incertidumbre de la duda es lo peor que me ha pasado. Como aquella vez ¿Recuerdas cuándo te la comenté? ¿Hace cuánto hablo contigo? no he marcado nada, no he llamado a nadie pero me estás escuchando. Hace cuanto que sabes lo que estaba pensando. No te vas sin embargo desapareces, ¿En qué momento salí de mi casa? Camino largas horas para encontrarme nuevamente frente a esta pantalla, no recuerdo haberme levantado. Y estás tú, detrás de mí leyendo esto que no deberías leer. Me gustaba cuando todo era más cerrado, cuando no podía conocerte. Ahora está esa divagación errante sobre temas tratados-tramitados-borrados-extraditados y enviados, no hay por qué pensar en eso, no hay por que pensar en ti, no hay por qué pensar en mi. Finalmente, nunca soy yo.

3 comentarios:

Marianne. dijo...

Y yo tuve la primicia :P
ahora me gusta más todavía. Y sí, en verdad es como no tener vida.
Y pensar que he espuesto una mínima pero significativa parte de la mía en ese lugar que ahora parece medio muerto, a pesar de sus colores alegres.

Mil besos, mi querida Z :)
cuidaos!

Marianne. dijo...

expuesto* por Dios

Daniela Zárate dijo...

después de lo de virginia, y cosas personales -obvio-, me he espantado con lo mucho que se saber de cada persona por un blog, o al revés, lo mucho que se miente.
eso, odio inet por estos días

besos my dear antígona :P